lunes, 5 de marzo de 2012

Biotecnología, OGM en el medioambiente y deportes de invierno

¿Cuándo se hizo el primer ensayo con organismos genéticamente modificados fuera de un laboratorio o un invernadero? Piensa una fecha, ¿ya? pues quizas te quedes corto porque el primer ensayo (autorizado) fue en 1986, sin autorizar un poco antes. Y por supuesto no fueron ni plantas ni animales, puesto que todavía no se había desarrollado la tecnología. ¿Cómo fue la cosa? Líada, muy liada.


Como sabe cualquier agricultor uno de los principales problemas  a los que tiene que hacer frente es a las heladas. Seguro que te has dado cuenta que la carne o el pescado que ha sido congelado tienen una textura diferente del que se consume fresco. Esto es debido a que al congelarse en un electrodoméstico la temperatura baja poco a poco, permitiendo que se formen cristales del hielo. Al crecer estos cristales producen microrroturas en el colageno y en el resto de estructuras, lo que explica en cambio en la textura. En el campo, cuando la temperatura baja por debajo del punto de congelación también se forman cristales en la superficie de la planta que rompen la membrana celular, provocando que la planta pierda agua y teniendo un efecto que en gran parte es similar a la sequía. Este daño se ve favorecido por que algunas de las bacterias de la filosfera pueden actuar como núcleos de cristalización, favoreciendo la formación de cristales de hielo. Sin este efecto de iniciación por parte de las bacterias, los cristales necesitarían una temperatura más baja para formarse y el daño de la helada sería mucho menor. Los biotecnólogos Steven lindow y Nikolas Panopoulos descubrieron que la bacteria Pseudomonas syringae forma estos cristales por culpa de una proteína de su cubierta celular. Lo más sorprendente fue que cuando por ingeniería genética crearon una línea de P. syringae que no expresaba esta proteína y la esparcían en la superficie de las planta, las bacterias modificadas evitaban la formación de cristales y por tanto el efecto de la helada era mucho menor. La tentación era grande... espolvorear estas bacterias sobre los cultivos evitaría los daños causados por las heladas, pero claro, antes había que probarlo en campo.

Pseudomonas syringae, haciendo que las heladas causen más daño


En 1983 obtuvieron la licencia para realizar los primeros ensayos de campo, no obstante, debido a la presión popular, en 1984 se revocó la licencia y estos ensayos no llegaron a realizarse. No obstante, utilizando una laguna legal la empresa Advanced Genetic Sciences (AGS) obtuvo la autorización en 1985 para ensayar el Iceminus (nombre comercial de la bacteria modificada), basándose en el hecho que la revocación afectaba a centros oficiales, pero no a empresas privadas. Los experimentos iban a realizarse en la localidad californiana de Salinas... cuando se filtró la información que la empresa había empezado las pruebas antes de tener autorización definitiva. Las prisas se pagan y esta imprudencia le costo a AGS una multa de 20.000 dolares y perder la autorización. Finalmente los ensayos se llevaron a cabo de forma controlada en 1987 dirigidos por Julie Lindemann. Curiosamente esta batala judicial permitió que la antitransgénica Europa se adelantara a los Estados Unidos. En 1986 se realizó el primer ensayo en condiciones de control con OGM en el medio ambiente, concretamente virólogos de la Universidad de Oxford hicieron un experimento que consistía en infectar con baculovirus orugas del pino (la temida procesionaria). Los virus se habían modificado mediante la introducción de una secuencia de ADN que permitía su seguimiento, con la finalidad de investigar las dinámicas de infección. Era un experimento que no buscaba una aplicación práctica inmediata. Para evitar escapes al medio ambiente el campo experimental se rodeo con una red que impedía que se fugaran orugas o mariposas.

Virus como insecticida natural al peso
 ¿Qué pasó con las bacterias anticongelantes? Los numerosos recelos surgidos por la liberación al medio ambiente de estas bacterias y las trabas administrativas indujeron a AGS a cancelar el proyecto. No obstante, hay que saber valorar los pequeños beneficios de las grandes derrotas, o dicho de otra manera, cualquier avance científico siempre deriva en una aplicación, aunque sea inesperada. Pseudomonas syringae actúa como nucleo de congelación, lo cual es malo en el campo, pero puede ser bueno, por ejemplo, en una máquina de nieve artificial ya que permite aumentar la eficiencia y rebajar los costes energéticos. Lo más gracioso es que al ser una bacteria natural ninguna ley impide esparcirla libremente, por que desde el momento que no es transgénica, a ningún organismo legislador o organización ecologista parece importarle si puede alterar algún ecosistema. Es un caso similar a la toxina Bt, si la expresa el maíz MON810 es muy mala, pero la bacteria entera se puede esparcir en el medio ambiente sin ningún control, incluso en agricultura ecológica. Lo mismo pasa con los baculovirus, que se venden como insecticida ecológico... aunque matan por igual a bichos plaga como a insectos que pueden ser beneficiosos. Por lo tanto AGS rentabilizó la investigación patentando el sistema Snowmax, que consisitía en cañones de nieve que utilizaban una solución de bacterias muertas  para aumentar la eficiencia de producción de nieve. Este sistema salvó las olimpiadas de Calgary en 1988 y está autorizado en Suiza desde 1997. Cuando veas una máquina de nieve en funcionamiento piensa que te está rociando generosamente de Pseudomonas, eso si, no son transgénicas.
Snowmax, biotecnología aplicada a los deportes de invierno

Y con este post participo en el carnaval de biología que tiene lugar en casa diplotaxis

Y en el carnaval de tecnología, que me acaban de decir que organizo yo, así que me pongo a ello.

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1 comentario:

  1. Este post ha hecho que me ponga a curiosear por Sierra Nevada a ver qué información oficial aportaba la página. http://sierranevada.es/estacion/en-pista/nieve-producida.aspx

    Me ha quedado claro que tiene el mayor sistema de producción de nieve de España y uno de los mayores de Europa. De los 390 cañones de nieve, 186 son de última generación. Detalla los tipos de cañones, el proceso, los circuitos de aire y de agua... todo, pero no menciona que además de gotitas de agua hecha nieve de formas diversas nos espolvorean con Pseudomonas (cosa que por otro lado no me extraña en absoluto, menuda histeria colectiva!!)

    Curioso que esta bacteria es un patógeno vegetal usado en un Parque Nacional.

    Por otro lado, me ha parecido entender que el proyecto de las bacterias anticongelantes fue cancelado por AGS. ¿Nadie lo ha podido retomar? ¿no se ha vuelto a hacer nada igual? Me parecía una buena forma de mejorar la tolerancia a heladas y frío. Estamos hablando de OMG, ya sé, pero en este caso no habría inserción de un gen foráneo sino deleción o supresión de la expresión de un gen propio... tal vez no pusieran tantas trabas :S. Vale, flipo.

    Buen post JM. Me ha gustado.

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