lunes, 20 de diciembre de 2010

¿El fin de la Francia antitransgénica?

El origen del movimiento antitransgénico en Europa se encuentra en un determinado contexto socioeconomico, sabiamente manejado por diferentes actores. La transformación de plantas fue un descubrimiento simultáneo de la multinacional Monsanto y de la Universidad de Gante. El descubrimiento rápidamente se extendió a nivel académico, y así hasta hoy, donde crear una línea transgénica (sobre todo de plantas modelo como tabaco o A. thaliana) es algo rutinario en cualquier laboratorio de biología molecular de plantas. A las empresas europeas esta tecnología les pilló a contrapié, por lo que las primeras variedades en salir al mercado fueron estadounidenses. Eso permitió que a finales de lo 90 en Europa se juntaran el hambre con las ganas de comer. por una parte las grandes empresas europeas vieron con muy buenos ojos unas leyes europeas restrictivas con los transgénicos, que no eran más que una forma encubierta de proteccionismo económico frente a una tecnología que no dominaban, y por otro ciertas organizaciones necesitaban reenfocar sus objetivos, despues que el debate sobre la energía nuclear empezaba a hacerse repetitivo. Y en este contexto se genera un miedo a los transgénicos genuinamente made in europe. Los trasatalanticos visibles de esta política antitransgénica eran Alemania y Francia, secundados por Italia, Austria y algunos paises provenientes del antiguo bloque del este. Solo en este contexto se entiende que los estudios "cientificos" de seralini y de su empresa CRIIGEN, publicados en revistas de 3ª y con más fallos metodólogicos que el guión de "Expediente X" se les de tanta relevancia política (y reciban tantas subvenciones).


A pesar de esta política restrictiva, los científicos seguimos a lo nuestro. Hace dos dias leia esto en público, como veis, en Francia siguen investigando con transgénicos. Francia también estudia la creación de líneas de viñedo resistentes a plagas, puesto que en el pasado, plagas como el mildiu o la filoxera han supuesto verdaderas catástrofes económicas. Sin ir más lejos (y meto una nota localista) una epidemia de mildiu a principios del siglo XX en la comarca de la Marina fue responsable de que buena parte de la población emigrara a Estados Unidos. Por supuesto, la aportación de diferentes grupos ecologistas se ha hecho notar... arrasando campos experimentales. Es cuestión de tiempo que una empresa francesa tenga lista algún evento transgénico con valor añadido, o que sea necesaria una variedad transgénica resistente a una plaga, para que se dejen de tonterias y autoricen la siembra, como pasó en Alemania con la patata Amflora... y que se busque Seralini subvención, por que publicando en las revistas que publica es difícil que algún organismo medianamente serio le finance algún proyecto.
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